Aguas Internas

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domingo, 26 de diciembre de 2010

BUENA NOCHE

En estas épocas del año la gente es como que enloquece de golpe, un regalo por acá, otro por allá. La verdad nunca tuve mucho espiritu navideño, ni recuerdo desde que edad no creo en ese gordito regalon que me traía alguna muñeca.
Si se que, desde chica, participaba en persona en la elección de mi "regalo navideño", siendo la encargada de elegir entre todas las opciones que siempre se encontraron en las jugueterias.
Aunque se hacia todo el ritual de abrir los regalos a las doce, recuerdo agradecerles a mis padres. Tal vez por eso cuando pude deje de participar de manera "tradicional" con ese tipo de encuentros. Y comencé a tener recuerdos de navidades diferentes.
Una que me hace reir mucho, fue hace unos años atrás, cuando decidí salir de la ciudad para despejarme, y me fui sola a la ciudad de Mendoza, si bien lo de sola es un poco tramposo ya que en el viaje me fui al hotel de un Tío, por supuesto que esa navidad la iba a pasar con él y su mujer.
Un día, luego de darme cuenta que habia estado leyendo cinco horas ininterrumpidas el libro NUNCA MAS, decidí que era el momento de cambiar, y tome la decisión de buscar aires buenos, a la mañana siguiente llame a Mendoza y pregunte si podían recibirme, la aceptación fue inmediata. En dos días estaba arriba de un micro cruzando a lo ancho el país, solo sabía que allá me podia encontrar con dos alternativas para hospedarme, y desde lo más profundo de mi corazón deseaba que sea en el hotel.
Al llegar ese deseo se hacia realidad, cuando me llevaron a la habitación, solo tenía en mi cabeza la idea que me tocara la del colchon con agua. Abracadabra pata de cabra sino se cumple hoy... y los siguientes diez días los pase en una cama enorme que se movia para todos lados, mientras todas esas tardes de calor cuyano hacían que no me perdiera un solo relajante en el hidromasaje del baño.
Era una buena manera, muy principesca, de dar por terminado un ciclo. Y lo aproveche, en su totalidad, ya que no es agradable que te digan "tenías razón... la otra era mi hermana", y bueno, había que recuperar el autoestima. Recibir todos estos mimos ayudaban, y terminó siendo una de las navidades mas interesantes que pase en mi vida.
Pricipalmente, por estar en ese momento, en ese lugar, me tocó participar de encuentros de los cuales jamás me podía imaginar que iba a estar; reunión de Hoteleros y Gastronomicos en el un hotel de lujo, aunque, para ser sincera la oferta de comida no me atrajo ni un poco,  lo que ofrecian no me gustaba, soy antisushi, y eran puras bandejas de bocaditos de pescaditos crudos. Por eso, en cuanto pudimos nos escapamos al restaurante del casino, y ahi si, una buena hamburguesa super completa.
Almuerzos por aqui, cenas por allá, y en el medio disfrutar del silencio mientras esos golpes de agua hacian relajar mi cuerpo, además fuera de la habitación, con aire acondicionado, hacian temperaturas por encima de los 35°, y como es tradicional en el interior del pais la gente cierra sus negocios para dormir la siesta, motivo por el cual muchas alternativas no tenía entre el mediodía y las cinco de la tarde, salvo una tienda de ropa que por supuesto alguna tarde me he internado, ya que también tenía aire refrigerado.
Igualmente, nada podía hacer que no disfrutara de esos días, eran como en un cuento.
Llegamos al día veinticuatro, ya estaban las reservas en un restaurante del shoping mendocino, esa mañana me entero que se sumaba un comensal, era un violinista que vive en Israel, amigo del Tío Rico, la idea de una mesa navideña donde la mezcla era total, cristiana, judia, sumada mi presencia sin culto religioso, me causaba mucha gracia.
Este es uno de los motivos por los que recuerdo especialmente esa navidad, que además me trajo una noticia que fue maravillosa; al regresar al hotel, luego de ver a lo lejos los fuegos artificiales, mientras el violinista me contaba como viven con el continuo sonar de las alarmas por amenazas de ataques, y que el cielo en Israel se ilumina por los bombardeos, por eso a él no le gustaban los fuegos artificiales, lo escuche y comprendi, a mi no me gustan pero no por vivenciar una guerra, sino que siempre me parecieron estupidos y molestos, y cada vez que veo a mi perra sufrir, reafirmo la estupidez de esa manera de festejar que ademas resulta ser imprudente y peligrosa, sobre todo las sonoras.
Me desvie un poquito, pero retomo... de regreso al hotel, subo unos instantes a la habitación para llamar a Buenos Aires, y luego de saludar a la familia que estaba en casa reunida, uno de mis hermanos me da la noticia, iba a ser tía por primera vez.
Baje inmediatamente al comedor, y les conté la novedad, y en honor al momento, el Tío se levanta de la silla y trae una botella importada, era el regalo que el violinista le había traido, un licor de chocolate israelí. Nunca había tomado licor, además, ya tenía encima vino tinto, sidra, y llegaba esta nueva bebida con alcohol. Pedí que me sirvieran menos, ya que no estaba acostumbrada, pero no hubo caso, y la copita se lleno. Un primer trago me hizo sentir como si me quemara por dentro, pero al segundo el gusto y la sensación, recuerdo, fueron diferentes, era muy rico.
Luego vino la segunda copita, cuando ya estaba lo suficientemente mareada, decidí tratar de llegar a mi cama. Salude y agradeci por la noche compartida, continuaron con las felicitaciones por mi futura sobrina, y me fui directo a la recepción. Les pedí a los muchachos la llave, y con la carencia de filtro al hablar que poseo, les dije que no sabía si iba a poder embocar en la cerradura, ni lerdo ni perezoso el conserje me contesta que cuanquier inconveniente le avisara y él subia, pero estaba mareada no sin luces, y le retruque que si lograba llamar a la recepcion significaba que habia entrado en la habitacion, jajajaja.
Me fui con mi mareo y alegria, derechito a la cama, ya que en el segundo intento logre abrir la puerta, tire los zapatos, el vestido y caí en el medio del colchon con agua, la cabeza entre las dos almohadas, y cerré los ojos. Al despertar en la mañana, seguía disfrutando de una inmensa felicidad.
Hoy tengo estos recuedos, partes de una BUENA NOCHE... diferente manera de pasar una navidad.

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