CARTA 4

Algún día del 2005

Querido amigo:

Muchisimas gracias por haber hecho que no cometiera otro gran error.

Pensé que eras un atorrante pero acabo de descubrir que además sos mentiroso y chanta, ya que al otro, que es un estúpido, lo hiciste caer como el mejor, no sólo le entragaste a tu hermana, sino que después te presentaste ante tus compañeros y me hiciste creer a mi el cuento de que no tenías nada que ver y de que sentías vergüenza, no nene las mentiras tienen patas muy cortas.

Pensarás que soy una ingenua pero te creí, porque pensé que de alguna manera eramos una suerte de amigos. Cuando te pedí que hablaramos era sólo eso, porque era cómo que en ese momento recién había caído de todo lo que me habías dicho sin ningún tipo de anestecia.

No soy tonta y me dí cuenta que cuando te subí la primera vez te aprovechaste de mi estado, ya que cambiaste el recorrido, llegamos a La Noria solos y con las luces apagadas, no te rías, eso no se hace.

Pero bueno en el mundo de los piratas esas cosas son moneda corriente, no te confundas porque no pertenezco a ese mundo bondístico por más que haya tenido vinculación por unos cuantos años, sé que vos lo sabes y por eso me dejaste plantada, pero no era necesario que me hieras de esa manera.

Espero que leas estas líneas y te enteres que si alguna vez necesitas una Amiga de verdad conta conmigo, porque a pesar de todo te debo un favor, y te tengo un cierto aprecio al igual que a algunos, muy pocos, de los muchachos.

Ojala hayas podido solucionar los quilombos que te provocó el otro con Sabrina y sigas divirtiendote por la vida.

Te mando un abrazo y te deseo lo mejor, ah, tu interno es el 1202, ¡qué memoria! Ojala seas feliz.

No seas tonto podemos ser amigos de verdad.

(aclaro que escribi estas líneas siendo todavía muy ingenua)