Aguas Internas

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sábado, 6 de junio de 2009

SER AUTOCTONA

Ser originaria, una misma, internamente original. Palabras, no, es más que unión de letras, frases.
Es un sueño, una idea, sentimientos, pero principalmente una decisión a elegir, muy personal.
Un camino a seguir para nada fácil, y hasta desconocido. Por momentos muy duro, y poco placentero, que puede hacernos dudar, hasta pensar en salir corriendo.
En principio no se entiende que es lo que pasa, y mucho menos hacia donde una se dirige. Pero una vez comenzado el recorrido, no queda otra que dejarse fluir, y avanzar. El tiempo es el compañero, uno de los guías, no resulta fácil esperar que pase. Pero hay momentos en los cuales no hay otra que dejarlo pasar, inútil es tratar de detenerlo, ponerle límites. Solo resta aprovecharlo, en la medida que se pueda.
El tiempo es..... segundos, minutos, horas, días, años, lecciones y aprendizajes. Algunos son cursos cortos, otros largos. Carreras completas.
Como una lo vive hace diferencia. Cuatro horas pueden ser tan inolvidables como cinco o seis minutos, la entrega a esa porción de vida es lo más importante. No siempre es tan simple, pero a valorar el tiempo se puede aprender.
Siento que la gente vive a una velocidad abrumadora, y la idea de detenerse puede llegar a dar cierto terror. Algunos lo ven como perdida del tiempo, no es fácil descubrir el potencial de la lentitud. La calma, el silencio, no son fácil de disfrutar. A lo distinto le decimos raro. Solo prejuicio.
En cambio el ruido, chiqui pum chiqui pum chiqui pum, seguir a las masas, la multitud, hace que uno se pierda y es mucho más fácil de sobrellevar, sobre todo con decibeles bien altos, total para que pensar y mucho menos hablar. Todo es pura diversión, y menos complicado.
Pero porque no hacer que ese chiqui pum nos acompañe en la vida y bailarlo cuando tengamos realmente ganas, sin importarnos el momento.
Desde hace un tiempo se me rompió el manos libre del celu así que no puedo ir por la calle musicalizando mi vida, pero antes iba a todos lados con mi música y mientras esperaba en algún semáforo, algún compás era acompañado con mi cuerpo.
Ni hablar de esos divertidos domingos cuando trabajaba en un local sobre av. Santa Fe, equipo de música en la puerta y a pasar el día bailando entre valijas, bolsos y carteras. Además de golpe me daba cuenta del poder que trasmitíamos con las chicas y hasta algunas personas que pasaban se animaban y daban algún tipo de pasito, ni hablar de lo que cantaban. Y todo natural, sin que se vaya con el paso del tiempo, ni durmiendo.
Aquella tarde del partidito de fútbol en la entrada a la galería, inolvidable. Claro que eran horas de trabajo, pero no se puede amenazar a la gente para que pare y entre en un negocio, así que las opciones que teníamos eran dos, nos aburríamos como tres hongos o hacíamos algo para mantener el buen humor y pasar el tiempo lo mejor posible.
Eso fue lo que hicimos, justo pasa una viejita que siempre me traía masitas de la confitería de la esquina, así que con la servilletas arme una pequeña pelotita, y comencé a jugar tratando de envocarla en el tacho de basura de la esquina.
Todos los tiros fallaron, ni hablar de la cantidad de casi golpes que casi le dábamos a las personas que caminaban por Santa Fe y Borges, linda esquina y muy transitada. No solo esquivar a las personas era un desafío, sino recuperar la pelotita y que no nos atropelle un auto.
De golpe la pequeña se transformó en una pelota bastante más grande, y ahí empezó a tomar forma el picadito, objetivo: hacerla entrar en el local del fondo.
Dando su vuelta de rutina, justo aparece el policía que estaba ese día en la cuadra, vi la pelota y pensé: "que probabilidades hay de que le pegue, es una simple pelotita de papel", le dí con toda mis fuerzas, y sin poder hacer nada, quedando totalmente dura, vi como por primera vez se despego del suelo y fue directo hacia el medio de la espalda, le dí justo en la I de POLICÍA.
Flor de ataque de risa nos dio, no sabía que hacer, igual el golpe había sido dado. Me senté en suelo de la galería y me reí mucho, mientras mis compañeros me cargaban y se reían también.
Cuando termino el día le pedí perdón, y se sumo a las cargadas. Es más al día siguiente se acercó y preguntó el horario del partido de ese día. Pero había sido suspendido por muchos motivos, falta de jugadores (estaba yo sola), mal tiempo (llovía y era muy frío), además de que el estadio no tenia las medidas de seguridad apropiadas, jajaja.
Empecé hablando de ser autóctona, una misma, no tengo la menor idea como llegue a mi vida de vendedora, a sí ya se, esa soy yo misma....

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