Aguas Internas

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lunes, 25 de mayo de 2009

COLOR DE VIDA

Cielo gris, anuncio de tormenta. El viento, real brisa, acompaña y me acaricia en este momento. Todos seguimos nuestros ritmos, el viento, las nubes, la ciudad.
Sentada en el parque miro, y veo como cada uno avanza. Las hojas de los árboles en caída libre, forman parte del paisaje. Es la vida real, mi realidad.
Personas van y vienen sin apuro, a pesar de lo que el cielo nos muestra. Sigo sentada con mi cuaderno y mis sentidos alertas, pero sin apuro, como todos los demás. Solo disfruto de todo.
Es algo increíble, levanté la mirada, y vi, entre tanto gris, pedazos de cielo celeste. Gran lección de la madre naturaleza.
Primero mostró ese techo cubierto, totalmente gris, daba cierto miedo, era una clara señal de posible fuerte tormenta, del tipo se viene el cielo abajo; igualmente llegue al parque y me senté.
Luego, fue aumentando la intensidad del viento, hasta lo hizo frío; seguí sentada observando todo, y escribiendo.
De golpe, y en medio de ese panorama, abrió una ventana, y me mostró su lado claro, ese celeste ausente en este día.
Para el final, los triunfales rayos del sol entraron en escena. Es sabiduría suprema, es lo más grande que hay. Mi gran maestra, la Naturaleza, la vida misma, que trasciende lo simple y sencillamente humano. Es la real vida.
Comprendí que estaba sentada en el lugar equivocado, así que cambie mi posición, y ahora los rayos del sol, le dan su calor a mi cuerpo, y me permiten seguir disfrutando de este loco y hermoso día; de un lado gris, pero encima mio despejado y soleado.
Reconozco que la paciencia fue un elemento que tuve que aportar, como simple alumna que soy.
Veo en este espacio a una pobre palmera, a quien obligan a estar en un lugar que no es natural para ella. Me doy cuenta, que es víctima de ese plan maléfico que ejecuta la, poco inteligente, especie a la que pertenezco; hace años que invertimos demasiada energía en tratar de dominar y controlar a la madre Naturaleza. Y así como plantamos especies en ambientes y climas que no les son propios, hemos logrado modificar ese clima ambiental, así todo parece más natural. Cuanta miseria humana aplicamos a nuestra pobre vida.
Es verdad que la anorexia y la bulimia mental, todavía la medicina no las diagnostica. Pero no significa que esa epidemia no este entre nosotros.
Pero, bueno, paciencia todo llega, y llegado el momento, o nos despertamos y cambiamos, o nuestra Madre nos castigará, ella sabe lo que hace, es la inteligencia en esencia pura.

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