PEQUEÑOS GRANDES MAESTROS

Pequeña alma, grandeza infinita, tu luz alumbra y trae recuerdos de los años de pureza.
Tu presencia contagia dulzura, cariño, inocencia, espontaneidad, todos ingredientes de la sanidad humana muchas veces olvidados, y enterrados por la responsabilidad, mejor dicho por la estupidez adulta.
Hay veces que los "grandes" nos encontramos envueltos en nuestras propias lenguas de fuego, y por nuestros canales corren aguas ácidas y contaminadas.
No recordamos el simple remedio interno, esa fantástica creación mundial que solemos llamas juegos.
Por suerte, estas vos en mi vida, agua limpia y pura, fresca, que me hace recordar cómo son las cosas.
El verdadero valor de la vida, que es muy importante preparar un té con lo primero que tengamos a mano, y poder tomarlo la cantidad de veces que tengamos ganas.
Y, sobre todo, que un concreto lápiz de color amarillo lo podemos convertir por unos segundos, en ese limón, tan necesario, que saborise ese rico té.