Aguas Internas

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domingo, 24 de julio de 2011

AIRE

Una mañana, al despertar, sentí como las gotas caían en esta selva de cemento. Sin levantarme de la cama, acomodé la pequeña computadora sobre la cama y escribí un mail, donde iba armando una pequeña rutina.
Pero, un ratito después encontre a un amigo en una de las redes sociales y le confesé que tenía muchas ganas de viajar, pero no tenía idea de adonde, en realidad, esperaba su invitación. Por supuesto, ella no tardo mas que décimas de segundos en llegar, y como por ahora nada me hace sentir atada, le conteste afirmativamente.
Mientras seguiamos charlando me puse a buscar pasajes de micro hacia el litoral noreste del país. me parecía interesante conocer el lugar donde en poco tiempo tenía que ir a presentar a mi primer hijo. No tarde mas de tres click, y listo, tenía el pasaje de ida y de vuelta con asiento elegido, el destino era Paso de los Libres, en esa casi desconocida, por mi, provincia de Corrientes.
Que fabulosa resulta la tecnología, sin moverme de la cama, ya sabía que a las 21:40 tenía que subir a un micro doble piso, y ocupando la butaca número 33, ventanilla, y habiendo elegido el lado del conductor gracias a la cantidad de años al lado de un chofer que siempre me explico que los reflejos siempre hacen que el volantazo de reacción es para intentar salvar su vida quien maneja. por las dudas recuerdo ese consejo, lado izquierdo.
No perdí tiempo, agarre una mini valija, y comencé a colocar los abrigos que con tanto enfasis me recomendaron que llevara, como era el adelanto del siguiente viaje se me prendio la lamparita, y aproveche para avisar a mis padres que me iba ya que las copias de mi libro todavía estaban guardados en su casa. Así fue que los pase a buscar, y fue a los unicos que avise, más allá de mis compañeras de hábitat.
La ciudad seguía muy mojada, y cada vez con más intensidad. Con todo ya ordenado y listo para partir, encuentro una respuesta de ese ser en quien deposito la mayor de las confianzas, quien cuida y sigue cada capricho creativo mio, por el momento es una media naranja artística. En esas horas de la mañana le había contado que iba a retomar ese trabajo un poco atrasado, pero ahora tenía que contarle que el viento había cambiado y que me iría de la ciudad unos días, asi que no lo iba a molestar con ideas locas para que él les encuentre una manera técnica de hacerlas realidad.
Se nos cruzaron algunos mensajes, pero como siempre logramos un canal para entendernos, aunque nos sintonice un caos cosmico jajajaja.
Ya con esos detalles arreglados, luego de una buena merienda, junto con una de mis sobrinas postisas, en el momento de lluvia más fuerte, salimos con la valijita y una mochila, intentando cubrirnos con un paraguas en esas cuadras que nos separaban de la estación del tren que nos llevaría a la terminal de Retiro, donde debía subir al micro.
Fue en vano intentar no mojarnos, con cuatro cuadras caminadas tenía el pantalón mojado hasta la rodilla, por eso bajo un techo no dude en sacarme las polainas que ya eran pura agua.
Una vez arriba del tren solo teniamos un pequeño tramo que recorrer de la ciudad, y en solo quince minutos ya nos encontramos en la Terminal, buscamos la boletería para terminar los trámites de la compra de los pasajes, ahi me enteró que el método cambió, tenía que haber impreso los boletos desde un mail.
Igual me dicen que con el DNI, que por suerte ya tenía en regla, podía subir al micro, y eso fue lo que sucedió. Pero tenía que resolver el tema de mis pantalones pasados por agua, no podía viajar las siguientes nueve horas toda mojada, así que no tenía ganas de desarmar el equipaje, por eso me meti en una casa de ropa, y me compre unas calzas.
Ahora si, estaba lista para recorrer medio país... y encontrarme renovando el AIRE.

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