Aguas Internas

Aguas Internas

lunes, 12 de enero de 2009

APRENDIENDO A CAMINAR

Siento que es complicado o difícil respetar a la mujer como individuo, que muchas veces se identifica a la mujer en relación al ecosistema en el que vive. Pero no somos ajenas a todo esto, formamos parte de esta falta de respeto, esta injusticia.
Con respecto a mí, me hago cargo de la parte que me corresponde, porque por los motivos que fueran, permití o no supe hacer otra cosa, y no defendí mi propio ser mujer, y el resto avanzó. Y avanzó, no tuvieron límites. Por eso, descubrí, que como otras especies, las personas, pero sobre todo yo como mujer, debo marcar mis límites. Esta función también es parte de mi ser mujer, cuesta, pero es algo totalmente necesario.
En síntesis ser mujer es un placer, es sentimiento, música, perseverancia, también es contradicción. No es fácil, para todas, pero se puede ser una auténtica mujer, la que cada una desea ser. Para eso tenemos que conocernos a nosotras mismas, y ser totalmente sinceras, querernos y respetarnos.
Hay que mirarnos en nuestro espejo, y aceptarnos, pero si es necesario, debemos tomar la decisión y cambiar lo que sentimos que ya no va más. Aunque cueste y duela. Es algo que se puede hacer, no es un imposible.
Todo lleva su tiempo, y resulta que es uno de los factores más importante, sólo que a veces no tenemos la paciencia suficiente para esperarlo. En un libro encontré una frase que me identifico, “cierta mañana despierto, me doy cuenta que estoy pensando en algo diferente y comprendo que lo peor ya a pasado.” Aprendí que es verdad, pero hay que esperar que esa mañana llegue, y a veces uno cae en un estado de oscuridad e impaciencia y le cuesta llegar y ver a esa mañana. Pero se que tarde o temprano llega, y el alivio es total.
Hay años que dejan marcas, y para mi el 2008 fue uno de ellos. ¡Qué año!, fue movidito, lo comencé con algunas preguntas, y fui buscando sus respuestas. Lo terminé con saldo muy positivo. Fue de esos años cambiantes y movilizadores. Pero, a pesar de las subidas y bajadas, los avances y parates, no creo haber tenido retrocesos, pero si frenadas, sí no tengo dudas fue muy positivo y profundo.
Hubo de todo, enfermedades, finales, comienzos, risas y lágrimas. A cada situación le di su tiempo, como ya dije para mi el tiempo es clave, es lo más esencial.
Por suerte, estuvieron ahí, y pude compartirlo con ellas mis hermanas del alma, cuando tuvimos lágrimas, lloramos, cuando eran momentos de risas, cómo nos reímos. Que grupo formamos en esa esquina. Es muy fuerte la energía que siento allí.
La verdad es que me quedó en déficit el tema del relax. ¿Sabré lo qué es? Si mis músculos hablaran dirían que no, en realidad, por lo contracturada que vivo dicen, me dicen que no, que tendría que ser un poco más relajada en la vida. Podría decir y justificar que es la vida moderna, pero mejor lo voy a ver como un desafío a alcanzar. Suena mucho más interesante, ah, y me gusta más.
Una vez me dijeron que yo estaba en otro nivel, ¿por qué no habré preguntado en que nivel estaba? ¿Las mujeres tendremos varios niveles? ¿La vida será cómo los videojuegos?, será, entonces, cuestión de pasar de un nivel a otro. ¡Qué fácil suena! Pero puede ser difícil realizarlo, hay que practicar mucho. Y a mi las repeticiones me aburren, así que lo mío más que niveles de un posible juego, son más bien muchos potenciales caminos a seguir.
Soy una persona que no puede quedarse mucho tiempo quieta. Caigo y me levanto con facilidad. Sigo adelante siempre, aunque tampoco estaría mal un poco de tranquilidad en mi vida. Pero es mi naturaleza, y contra ella no se puede vivir. Debo encontrar un equilibrio, creo que es el objetivo. Necesito un equilibrio, ¿habrá alguien que pueda vivir sin él? Cada uno debe tener el propio.
Durante el año conseguí, perdí y dejé trabajos con bastante facilidad. ¡Qué lujo para estos tiempos! Además, nunca perdí mi sueño de hacer algo por mi cuenta nuevamente. Soy muy afortunada, no puedo negarlo, como si fuera poco cada cambio que realicé siento y pienso que fue para bien. Mi segundo nombre debería ser “antirutina,” o mejor “superación”, el humor ante todo, nunca puede faltarme.
Igual sé que tengo cierto temor a mostrarme tal cual soy, ser yo misma. Dar libertad a los sentimientos, sin máscaras; es una forma de exponerme, de permitir conocer, y que me conozcan. Cada día que pasa, soy cada vez más yo, mi propia aceptación, el conocimiento de mi misma es el paso inevitable e imprescindible. Tengo que aprender a escucharme. Es un aprendizaje, es algo que lleva su tiempo y hay que invertir y apostar a ello, porque lleva a la autosuperación de cualquier suceso en la vida de una. Qué loco, como puedo decir que una puede no conocerse. ¿Máscaras? ¿Qué son?
La confianza, que importante es, tanto en una misma, como también en los demás. Tengo en claro, que este tema, que es algo que vengo trabajando hace rato, es algo que me cuesta, sobre todo en mi misma; en los demás no doy cheque en blanco a nadie. Pero no se puede vivir sin confiar, por eso creo que se puede y, se debe, construir, pero para eso hay que permitir que los demás se acerquen y tengan la oportunidad de conocer y ser conocidos. Nadie es perfecto, errores cometemos todos, no hay que juzgar. Hay que aceptar las diferencias.
Alguien dijo que “la vida hay que tomársela con calma”, que “las diferencias no son contradicciones”. O sea, dos seres diferentes se complementan, y se ayudan mutuamente. Es un pensamiento, no una regla, y por supuesto que depende, la aplicación, de cada una de las partes.
Me gusta pensar en caminos de vida, siempre esta la posibilidad que otro camino lo cruce. Además, nos llevan a algún lado, aunque no lo conozcamos; también podemos pensar que alguno no tiene salida, pero hay carteles de advertencia, depende de nosotros prestarles atención, y dar la vuelta. No hay niveles, pueden estar mejor o peor conservados, pueden presentar más o menos dificultad para ser transitados, y como si fuera poco se puede avanzar y retroceder todas las veces que una quiera, sin volver al principio. No hay que empezar de cero siempre.
Una puede elegir los movimientos. Por eso pienso que en la vida hay que caminar y caminar, siempre, aunque a veces no se sabe hacia donde, pero algún parate de vez en cuando hay que hacer, y no esta nada mal que así sea. Los objetivos son muy importantes, pero el recorrido hecho para alcanzarlos es la experiencia, y eso para mi no se puede medir en niveles.
Claro, que no creo que esta sea la única forma de vivir, cada uno tiene que encontrar la propia, todas son buenas, bonitas y baratas, aunque muchas veces lo barato termina saliendo súper caro. Los que quieran jugar, que jueguen, está bárbaro. Hay que ser concientes de que todo trae consecuencias, y algún precio, por poco que parezca se paga.
Como ya dije, mi vida son caminos, donde por momentos tienen muchas curvas, subidas y bajadas, y hay momentos en los que clavo los frenos, y me detengo para ver si sigo por el mismo o cambio de camino. O, simplemente me detengo a disfrutar, esto es algo que estoy descubriendo ahora, lo estoy aprendiendo.
Así como, algunas veces, pego un volantazo y cambio de golpe, aunque a simple vista parece súbito, repentino, hasta alocado, pero, en realidad, es más probable que dentro de mí llevaba un tiempo gestándose. Esta es mi filosofía de vida hoy. Mañana no tengo la menor idea si me cruzo con otro camino, y descubro un recorrido nuevo, aunque sí me gustaría encontrar alguien que quiera viajar conmigo, no un pasajero, sino otro caminante.
Es verdad, todo esto suena muy filosófico, muy soñador, pero soy muy realista también, muy mujer. Como no suelo tener problemas en adaptarme, de hecho lo hago con bastante facilidad, aprendí, gracias a mi propia experiencia, sobre todo los golpes que me di, la adaptación debe ser de las dos partes, y yo quiero caminar, también puedo jugar, pero no soy muy perseverante para pasar de un nivel a otro rápidamente. Mis juegos son de mesa, y no tienen niveles. Si pueden quedar en suspenso, y ser terminados cuando quiera con la misma contraparte u otra. Ojala fuera así, pero soñar no cuesta nada, o mucho.
Todo esto forma parte de mi ser mujer, con la particularidad, que me permite justificar mis contradicciones, soy una capricorniana zurda. Siempre sentí que el mundo giraba en sentido contrario al mío. Que no me entendían.
Pero, ¿cómo iban a hacerlo? sí la primera en no entenderme era yo. Me doy cuenta ahora de la naturaleza de mi ser. Al nacer bajo el signo de capricornio los astros hicieron que posea ciertas características que me identifican. Dicen los que dicen saber, que el nativo de capricornio es un cuestionador a ultranza; por favor, por eso mi vida es un cuestionario móvil. Con razón tantas preguntas dando vueltas en mi cabeza, que más de una noche no me dejan dormir. Siempre tengo algún por qué dando vueltas, ni hablar de los cómo y cuándo.
También dicen que es un francotirador solitario. “Uno contra todos” en el planeta. Los francotiradores ejecutan solos, pero calculo que deben realizar un trabajo de inteligencia minucioso previo, es más supongo que ni siquiera lo hacen ellos, hay todo un equipo detrás. Si bien disfruto mucho mis momentos de estar conmigo misma; también me gusta compartir, creo que tengo momentos para cada cosa.
Con mis amigas comparto hasta los sueños, por lo menos los que me acuerdo. Está bien, claro que hay cosas que me guardo, pero cada vez son menos. Tampoco es cuestión de ser un best seller ambulante. No puedo pasar del cuevismo a la vidriera de un día para el otro.
Eso de “uno contra todos”, es cierto, es un sentimiento casi continuo en mí, siempre dije que era simple y sencilla, pero que el resto del mundo no me comprendía. Vengo a descubrir que, el tema, no eran los demás, sino los astros. Que jodidas resultaron las estrellitas, y son tan románticas. JA

1 comentario:

  1. Hola amiga!!
    Siempre luchando por ocupar nuestro lugar en ésta sociedad .. siempre siendo una misma y sin sentimiento de inferioridad!!
    Un Besoteeee

    ResponderEliminar