Aguas Internas

Aguas Internas

martes, 2 de febrero de 2010

EN PROCESO...

Hay un momento en la vida de una mujer en el cual puede aparecer un quiebre, por suerte a partir de ahí, ya nada vuelve a ser igual. No resulta algo fácil ni placentero, pero termina siendo esencial, vital para la vida de una misma.
Cada mujer tendrá su propio método, aunque en un principio puede no darse cuenta que es lo que le pasa. Y, si no lo tiene, tarde o temprano lo va a descubrir, porque resulta que no esta sola en la búsqueda de su camino.
Voy a compartir parte de mi historia, como cualquier mujer tengo una fecha de nacimiento, pero en la actualidad siento que vivo el proceso de mi renacer. Puede hasta sonar como algo totalmente alocado, pero confió en el cambio.
Soy la única hija de un matrimonio "feliz" que llevan juntos mas de treinta años, como cualquier historia cuasi ideal, tengo dos hermanos menores, pero que cada uno logro por ahora encontrar lo que parece ser sus buenas parejas.
Intente siempre encontrar la forma de adaptarme a ese grupo original. Pero desde chica tuve la sensación de no pertenecer, de sentirme distinta, pase por momentos en los que pensaba y me repetía en vos alta, sola en mi habitación y llorando "debería ser adoptada..... yo no puedo pertenecer a esta familia".
Claro que soy una de sus integrantes, la complicada, retorcida, la que siempre esta dándole vueltas a las cosas, la que se hace preguntas y no para hasta encontrar alguna respuesta.
Siguiendo cierta tradición a los 19 años me puse de novia, pero después de mucho tiempo descubrí, luego de separarme, y habiendo dejado pasar un tiempo, que no había conocido el Amor. Pero Amor con mayúscula, que hoy se que no tiene que ver con una pareja, es algo mas grande, abarca la vida en forma integral. Es muy lindo poder compartir el camino con alguien, pero no es lo único que nos puede pasar.
Para darme cuenta de semejante descubrimiento, en principio sentí como si un rayo me partiera, pero gracias a mi nuevo terapeuta encontré una segunda opción, en realidad ¿ese rayo, esa energía que me partió vino de afuera o salio de adentro mio? Tal vez sea un poco de cada cosa, la verdad es que un beso funciono como disparador, pero me encontraba dispuesta a abrirme, sino jamás hubiera sentido semejante experiencia.
Digo, ciertamente, sentido porque lo que vino después fue el derrumbe de mi torre, coraza, armadura, descubrí mi corazón, el cual por algún motivo desde muy chica lo fui encerrando hasta apenas oírlo.
Hoy este proceso me sigue poniendo a prueba, pero como me dijo una maestra "lo que no mata, fortalece", estoy convencida que debo seguir por el mismo camino, aunque duela, sufra, pase por un estado de angustia, que también le dicen fobia, pero en mi caso es a la nada. Ya que no me da miedo la gente, ni los espacios abiertos, ni las plantas, ni los autos, tampoco las arañas. Llegue hasta el pánico, y me encuentro en tratamiento para poder salir.
Se que simplemente tengo miedos. Creo que con paciencia, y perseverancia los voy a ir descubriendo, conociendo y así voy a poder dejarlos de lado, y continuar avanzando.
En este tiempo hice cosas que jamas pensé que podía llegar a hacer, comencé a amigarme con mi ser femenina, siempre había sido irregular con la menstruación y hace casi 5 años me regularice sola, de un día para el otro. Esa fue mi primer señal.
Mi objetivo es poder llegar a la cima de la montaña, pero se que tengo que registrar el recorrido, esa es la parte mas nutritiva, para eso la confianza es también elemental. Y aunque por momentos parece alejarse, siempre vuelve, la busco y la encuentro.
El aprendizaje que estoy viviendo es muy profundo, pero se que es positivo, no es lo mismo sufrir que padecer. Sufrir es estar comprometida con el momento, el proceso, el cambio; padecer es algo mas pasivo, algo que nos viene desde afuera.
Me asumo comprometida en la búsqueda de mi ser, siento que no perdí la brújula, aunque por momentos me distraigo un poco. Pero de eso también esta hecha la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario